En mas de una ocasión nos puede suceder que lo que parecía un bonito día de montaña se pueda convertir en una jornada no tan placentera, debido en parte a un cumulo de incidencias que en ocasiones pueden ocasionar un accidente.
Para evitar esto, solo basta con una pequeña dosis de sentido común.
De seguido os comentamos unos consejos lógicos y sencillos de llevar a cabo.
1º- EL DÍA DE LA RUTA, CONSULTAR EL PRONOSTICO.
Lo primero que debemos de tener en cuenta es el pronostico meteorológico.
Para ello debemos de informarnos no solamente el día anterior si no también el mismo día de la ruta.
Actualmente disponemos de programas y paginas en Internet donde las previsiones que nos aportan son bastantes acertadas.
Nosotros la que más usamos es la pagina "El Tiempo.es", en ella disponemos de información no solamente por horas sino que al disponer de un excelente simulador de avance de lluvias, es de gran ayuda.
Aun así el tiempo se puede torcer y debemos de saber a que atenernos si esto sucediese.
2º- LLUVIA
La lluvia no solamente es incomoda para el caminante, también puede generar varios problemas.
Si no encontramos donde guarecernos y no nos quede otro remedio que seguir caminando, la ropa se nos empapa y podemos pasar mucho frió incluso con temperaturas no demasiado bajas.
La lluvia hace que lo que antes era un camino simplemente embarrado con pendiente o rocoso, se convierta en una pista de patinaje, entonces tendremos que prestar especial atención y andar con cuidado sin fiarnos demasiado de las suelas actuales por que estas resbalan demasiado en mojado.
Por lo tanto un buen vestuario para un día de lluvia seria:
Una chaqueta moderna que aguante de 4 a 5 horas de lluvia.
Un pantalón chubasquero y unas buenas botas con Gore-tex
Y nunca olvidar un buen paraguas pues en ausencia de viento se convierte en el mejor chubasquero que podremos encontrar.
3º- EL VIENTO
Por encima de los 30 km/h no debemos caminar por terrenos problemáticos, es mejor planificar una ruta que vaya por pistas.
Tenemos que prestar atención cuando además de viento hace frió, el viento hace aumentar la sensación de frió por lo que temperaturas por debajo de -0º, puedan convertirse en unos peligrosos - 20º -30ºC.
Con viento fuerte lo mejor es realizar actividades en baja montaña.
4º EL FRIÓ
En invierno es cuando mas atención tenemos que prestar a las prendas que llevamos.
Nunca debemos prescindir del chubasquero aunque el cielo este despejado y con temperaturas por debajo de los 0ºC tampoco debe de faltar protección para el cuello y la cabeza, un buen gorro y un buff pueden hacer que no lo pasemos mal.
Tenemos que tener en cuenta que al enfrentarnos a un día demasiado frió y lo estemos pasando mal no debemos seguir ascendiendo pues cada doscientos metros de desnivel tendremos una bajada de temperatura de uno o dos grados.
Y por ultimo no subir por encima de los 1.800-2.000 metros cuando pronostiquen fríos polares, pues a esa altura puede haber un fuerte riesgo de congelación.
5º LA NIEVE
La nieve reduce la visibilidad, nos pega en la cara y hace que el caminar sea mas lento además de resbaladizo, ante un posible rescate tenemos que saber que estamos mas desprotegidos ya que las carreteras quedan colapsadas por la nieve y esto hace que el rescate se ralentice enormemente.
6º LA NIEBLA
Con niebla cerrada es muy probable que nos perdamos a pesar de conocer muy bien el camino, para evitarlo lo mejor es llevar una cartografía o aun mejor un GPS y si estamos metidos en problemas un silbato y el consabido teléfono móvil.
7º LA TORMENTA Y LOS RAYOS
En verano no es difícil que nos encontremos en medio de una tormenta, en este caso y además de tener en cuenta todo lo anterior, tenemos que saber como tratarla.
Empezamos a estar en peligro cuando contamos menos de 20 segundos desde que vemos el rayo hasta que escuchamos el trueno
Si cada vez contamos menos segundos tenemos que poner en marcha la lógica y alejarnos de las zonas llanas donde sólo sobresalgamos nosotros, también de puntos elevados y de ríos y arroyos y de sentido común es el cerrar el paraguas o incluso abandonarlo.
Salir a la montaña nunca debe de suponer un peligro, simplemente con sentido común, lo evitaremos.
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